¡¡¡Hola hola!!!! Soy Jose del laboratorio, más conocido en el mundillo de nuestros morteros, balanzas y tubos de ensayo como Manza.
Os voy a escribir en esta ocasión sobre un tema que me encanta, a lo que estoy dedicando el desarrollo de mi profesión farmacéutica, dentro de la farmacia, y no es otra que la formulación magistral.
Antes de que se desarrollaran los medicamentos de forma industrial, algo que parece ya muy lejano, pero que lleva escasamente un siglo, mis colegas boticarios elaboraban en sus laboratorios, todas y cada una de las medicinas que se entregaban.
Cuando todo se industrializó, la farmacia cambió. Actualmente, casi todo es comercializado por laboratorios farmacéuticos, pero quedan determinados productos que no tenemos más remedio que fabricar porque:
- No se encuentran disponibles de forma comercial (al ser dosis distintas a las que existen, en presentaciones distintas, para indicaciones distintas, o sencillamente que ningún laboratorio lo ha sacado).
- A veces se encuentran de forma comercial pero se necesita adaptar a las particularidades de cada paciente.
Por ello, fabricamos fórmulas magistrales o medicamentos individualizados, para los pacientes que el médico así estima oportuno, y elaboramos un “traje a la medida de cada persona” para buscar que mejore su salud.
Casos reales en farmacia Santamaría
Pero como todo esto parece muy teórico, para terminar os pondré algunos ejemplos de las muchas fórmulas magistrales que cada día fabricamos en la farmacia y seguro que así lo comprendéis mejor:
Al pequeño Iván que tiene un problema cardíaco desde que nació, le tenemos que hacer un jarabillo de Captoprilo, y además como tanto medicamento hace que le duela la barriguilla, pues también se le hace uno de Ranitidina. Por lo menos intentamos que sepa y huela bien, ya que tiene que tomárselo tan continuamente.
Mariana, que es la madre de Iván, y que por tantos sufrimientos que a veces pasa, se le cae el pelo más de la cuenta, el dermatólogo le mandó una loción con Minoxidilo y clobetasol y se la hacemos también con mucho cariño.
Rocíotuvo un hijo antes del verano y después del parto y con el sol, se le quedaron unas manchas en la cara. Siguiendo lo que le recetaron, le hacemos una crema con Hidroquinona, ácido retinoico e indometacina que se la está dejando muy clara.
Chispa, la perrita tan mona de Lucía, tiene una otitis que no termina de curársela y su veterinaria le ha mandado unas gotas con Enrofloxacino, ketoconazol y prednisona que le hacemos para que se le cure y siga siendo tan divertida y cariñosa.
Darío está en plena adolescencia, y tiene un acné bastante severo. El dermatólogo le ha mandado unas cápsulas que le hacemos y también un gel para que le seque las heridas.
Esto no es sino un pequeño ejemplo del día a día de todo lo que elaboramos en la farmacia. Nos encanta mancharnos la bata con nuestros potingues y nuestras “pociones”, para que en definitiva la fórmula magistral ayude a nuestro paciente.
Hasta la próxima.
Jose (Manzanares)
