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La sequía tiene efectos secundarios para la salud

España se encamina hacia la peor sequía de las últimas dos décadas. La falta de lluvias no solo pasa factura al planeta o a actividades económicas como la agricultura. También tiene efectos secundarios para la salud, ya que la ausencia de precipitaciones combinada con las elevadas temperaturas se transforma en el mejor caldo de cultivo para los virus.

Si la situación persiste todo apunta a que este invierno, estación por antonomasia de gripes y resfriados,  se incrementará el riesgo de contraer virus e infecciones. A esto se suma que “una mayor contaminación atmosférica puede agravar o incrementar el riesgo de padecer ciertas enfermedades pulmonares”, explica Fernando Linares Molinero, uno de los expertos de Farmacia Santamaría.

https://youtu.be/99rrNx4Jy3E

Sobre este tema nos ha consultado la agencia de noticias Atlas, a la que recibimos en las instalaciones de nuestra farmacia 24 horas para hablar del impacto del clima en la salud. El vídeo se ha emitido en los informativos de CuatroTele 5, entre otras cadenas y medios de comunicación en los que se alerta de que este invierno habrá mayor riesgo de contraer virus y, por ende, de sufrir más gripes y resfriados, ante la falta de lluvias.

La sequía, aliada de los virus

Pero, ¿por qué los virus proliferan ante la ausencia de precipitaciones? La razón, como explican en el vídeo, es bien sencilla.

Las lluvias limpian la atmósfera de partículas contaminantes, así como de partículas infecciosas, es decir, de virus. De ahí que “si continúa la sequía es posible que tengamos una mayor cantidad de infecciones”, señalan los expertos.

El cambio climático perjudica seriamente tu salud

En su web, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de los efectos nocivos que el cambio climático puede ocasionar en la salud mundial. Y es que las altas temperaturas agravan las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, al provocar un incremento de gases contaminantes, informa este organismo internacional.

Curiosamente, una investigación sobre la historia de China reveló un vínculo entre el cambio climático y las grandes epidemias que el país asiático sufrió entre el año I y 1911. Las conclusiones de este estudio fueron “que las inundaciones, las sequías y los brotes de insectos afectaron las despensas agrícolas de esas sociedades y los dejaron vulnerables a un sinfín de enfermedades infecciosas”.

El Observatorio de Salud y Cambio Climático ha elaborado, por su parte, un informe en el que describe las dolencias asociadas a este fenómeno.

Según este estudio, en los adultos “el asma, la EPOC y el cáncer de pulmón son tres enfermedades respiratorias epidemiológicamente importantes relacionadas con la contaminación atmosférica”.

Señala, asimismo, que las olas de calor cada vez serán más frecuentes e intensas, algo que afecta principalmente a las personas mayores y que incrementa el riesgo de mortalidad.

El informe incide, por otra parte, en cómo la sequía puede erosionar la salud, no sólo por la contaminación del agua o por el aumento de la malnutrición a consecuencia de la menor capacidad de producción agrícola, sino también por la multiplicación de enfermedades vectoriales, es decir, aquellas provocadas por organismos vivos como mosquitos, por ejemplo, capaces de transmitir infecciones como el dengue, la fiebre del Nilo Occidental o paludismo, entre otras muchas.

Con la falta de lluvias -advierte- “el aire puede transportar además de una mayor concentración de partículas respirables, esporas de hongos y bacterias”, a lo que se une el “aumento de la carga química y patógena”.

Con estos datos sobre la mesa y el invierno al caer sin visos de que su llegada haga remitir la sequía conviene hacer caso al refranero popular cuando reza aquello de “más vale prevenir que curar”.