Probetas, morteros y equipos dotados con tecnología punta se alzan en los laboratorios de farmacia Santamaría, donde a diario desarrollan su labor los que podríamos definir como los alquimistas del siglo XXI: el equipo de farmacéuticos que hace suya la F de Fórmula Magistral (FM) para crear medicamentos a medida destinados a dolencias que, de otro modo, no tendrían tratamiento.
Jarabes, comprimidos, cápsulas, sobres, cremas, supositorios, óvulos, colirios, inyectables… salen a diario de sus instalaciones en dirección a distintos puntos de España. Tras estos fármacos se encuentran las historias anónimas de pacientes que requieren un tratamiento personalizado no disponible en el mercado.
Para abrir la puerta a su cura las farmacias cuentan con una ‘llave maestra’: la formula magistral. Pero ¿en qué consiste?
Antaño los farmacéuticos preparaban sus remedios en la tan conocida ‘botica’. Con el desarrollo de la industria farmacéutica durante la revolución industrial gana terreno la fabricación de medicamentos a gran escala frente a las formulas magistrales.
Hoy día la formulación vuelve a cobrar protagonismo con el avance de los tratamientos personalizados. Y lo hace para dar una solución a medida, siempre previa prescripción médica, a personas que, bien sufren enfermedades calificadas como raras o bien requieren tratamientos específicos que no fabrica la industria farmacéutica por su escasa rentabilidad.
Precisamente para evitar su marginación terapéutica se recurre a la formulación magistral, de cuyos inicios habla Begoña Hita, farmacéutica de nuestro laboratorio. “Surge en las oficinas de farmacia para tratar a pacientes que carecen de alternativas con las especialidades existentes. Por ejemplo, en Pediatría hay limitación de formas farmacéuticas, la industria provee los medicamentos en una limitada variedad de formas (capsulas o comprimidos) y de esta manera no se atiende a todas las necesidades en niños o pacientes con características especiales. También se da cuando algún paciente necesita más o menos dosis de algún principio activo”, explica.
¿Cuáles son las especialidades que más se solicitan?
Pilar López, otra de las farmacéuticas del laboratorio de FSM, recalca la labor de ayuda a los pacientes que demandan estas fórmulas, mientras se centra en examinar los principios activos documentados para la preparación de las fórmulas magistrales encargadas por terceros. Tras su concienzudo estudio crea en el ordenador la ‘receta’ teórica que dará paso al medicamento en la práctica.
Estas fórmulas se derivan a las salas de preparados orales, tópicos o estériles, en función del medicamento que se vaya a preparar, donde otros profesionales combinan sus ingredientes con meticulosidad. Poco después toca envasar y empaquetar, trabajo delicado que Rubén Díaz uno de los muchos técnicos que posee la farmacia dentro del laboratorio, hace con especial destreza: llena los dispensarios con los principios activos, los encapsula y los introduce en el blister, donde quedarán blindados en un proceso que requiere de distintos aparatos.
Concluida esta labor, los medicamentos se distribuyen a las distintas farmacias, clínicas de estética, dermatológicas y veterinarias de España a las que abastecen los laboratorios de FSM.
Entre los tratamientos que más se demandan se encuentran los destinados a Pediatría y Geriatría, al tratarse de poblaciones susceptibles que requieren dosificaciones específicas, así como Dermatología, especialidad para la que se desarrollan numerosas cremas individualizadas. También en Oncología se recurre con frecuencia a la formulación magistral para personas que se someten a radioterapia, dadas sus necesidades específicas.
Los laboratorios de farmacia Santamaría, donde ciencia e investigación se unen, se encuentran entre los pocos equipados con sala blanca y cabina de flujo laminar para la elaboración de fórmulas estériles como colirios e inyectables, también muy solicitados.
Unos laboratorios con historia
La historia de nuestros laboratorios surge paralela a la de la farmacia. La inquietud de su fundador, el licenciado José Manuel Santamaría López y su interés por hacer de la salud de los pacientes el principal objetivo, como reza nuestro lema, hizo que apostara por la fórmula magistral ya en sus inicios como farmacéutico. Cerca de cuatro décadas después de que erigiera su primera botica en el pueblo riojano de Arnedillo, esta tradición científica sigue formando parte de la filosofía de nuestra farmacia en Granada.
