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Dolor de Garganta. Definición, causas y sintomatología

persona con dolor de garganta

El dolor de garganta es una afección bastante común que puede deberse a distintas causas, en su mayoría benignas. Cuando la irritación de garganta es leve y se reduce a un corto período de tiempo, suele remitir por sí sola con una correcta hidratación y un tratamiento analgésico suave, pero si el dolor persiste en el tiempo, se intensifica o aparece acompañado de síntomas como fiebre o dificultad respiratoria, es necesario consultar con el médico.

Definición de dolor de garganta

El dolor de garganta es más frecuente en los meses fríos, suele aparecer acompañado de picor, carraspera y sequedad y se hace presente fundamentalmente al tragar alimentos sólidos y líquidos (odinofagia). La mayoría de los dolores de garganta tiene su origen en un virus, aunque en algunos casos puede presentarse una infección de garganta bacteriana, por estreptococos.

La molestia se produce por la inflamación de la parte posterior de la garganta (la faringe), entre las amígdalas y la laringe, y puede manifestarse con distintos grados de intensidad.

Causas comunes

Las infecciones víricas son la principal causa del dolor de garganta, que se presenta como un síntoma más en procesos gripales y resfriados comunes o en infecciones por el virus coxsackie o la mononucleosis.

Determinadas alergias, la existencia de reflujo gastroesofágico, la exposición a gases tóxicos o al humo del tabaco o la irritación de las cuerdas vocales por un sobreesfuerzo de las mismas pueden provocar también dolor de garganta.

Asimismo, aproximadamente en un 10% de los casos en la población adulta, el dolor de garganta puede deberse a una faringoamigdalitis bacteriana originada por estreptococos de grupo A (streptococcus pyogenes), una infección que también es frecuente entre niños y adolescentes en edad escolar.

Síntomas asociados

En el caso de la faringoamigdalitis viral, la garganta y las amígdalas suelen presentarse enrojecidas, el dolor es leve o moderado y a menudo aparece acompañado de otros síntomas como tos, enrojecimiento ocular o secreción nasal. El dolor de garganta, en estos casos, forma parte de un cuadro de malestar general, no suele ir acompañado de fiebre (o si la hay, es leve) y puede incluir la inflamación de los ganglios linfáticos. El tratamiento se limita a mejorar la sintomatología con analgésicos y el proceso tiende a mejorar en unos días.

Otro de los virus causantes de dolor de garganta es el coxackie (también conocido como ‘mano-pie-boca’), una enfermedad vírica que afecta, con relativa frecuencia, a bebés y niños menores de cinco años (aunque también puede producirse en otras franjas de edad) y que cursa con fiebre, goteo nasal y dolor de garganta intenso, acompañado de ampollas en el interior de la boca, las manos, los pies y las nalgas. También en este caso el tratamiento persigue paliar las molestias a partir de analgésicos o antiinflamatorios, así como remedios líquidos para aliviar el dolor de las úlceras de la boca.

Cuando existe un proceso de mononucleosisis infecciosa (causada por el virus Epstein-Barr), el dolor de garganta puede ser moderado e intenso y a menudo va unido a fiebre alta y cansancio extremo. Este proceso infeccioso, también conocido como ‘la enfermedad del beso’ por su prevalencia en la edad adolescente, provoca un enrojecimiento intenso de las amígdalas, que con frecuencia aparecen recubiertas con una placa blanquecina, así como una inflamación de los ganglios linfáticos a ambos lados del cuello y, en ocasiones, un aumento del volumen del bazo.

Por último, en la faringoamigdalitis estreptocócica, el dolor de garganta es muy intenso y suele ir acompañado de fiebre, en ausencia de síntomas de resfriado como tos o mucosidad. Las amígdalas se presentan muy inflamadas y con exudación y los ganglios linfáticos del cuello se engrosan. El diagnóstico se realiza a través del análisis de una muestra tomada de la garganta, a partir de una prueba rápida o mediante un cultivo en laboratorio.

Tratamientos convencionales

Como ya hemos comentado, en la mayoría de los casos el dolor de garganta es resultado de una infección de origen vírico que se resuelve por sí sola, por lo que el tratamiento se limita al alivio de los síntomas mediante analgesia.

Cuando el dolor de garganta es fruto de una infección bacteriana por estreptococos, se suele prescribir el uso de antibióticos para prevenir la propagación de la infección al oído medio, los senos paranasales y el hueso mastoides, así como para evitar complicaciones poco frecuentes, pero más serias, como la fiebre reumática. La administración de antibióticos también ayudará a acortar la duración de la enfermedad y a prevenir el contagio.

El tratamiento más habitual en este caso es la penicilina o la amoxicilina por vía oral durante un período de diez días, así como el empleo de analgésicos y antipiréticos para aliviar las molestias asociadas y la fiebre.

Remedios naturales

Cuando el dolor de garganta es leve, algunos remedios naturales pueden resultar útiles para aliviarlo:

  • Gárgaras con agua y sal: ayudan a higienizar la zona y reducir la mucosidad. También pueden emplearse colutorios de acción analgésica y antiinflamatoria para calmar la irritación.
  • Hidratación: beber abundante agua, infusiones y caldos tibios permite contrarrestar la sequedad de la garganta.
  • Plantas medicinales: el tomillo, la camomila o el eucalipto son algunas de las plantas más utilizadas para tratar las afecciones respiratorias y el dolor de garganta por sus propiedades antibacterianas y antiinflamatorias.
  • Miel: puedes añadir miel a tus infusiones o tomar directamente una cucharada para calmar la garganta. La miel es un eficaz antiséptico y ayuda a reducir la tos.
  • Humidificador: utiliza un humidificador para regular la humedad del ambiente, especialmente en espacios donde haya calefacción o bombas de calor.

Cuándo acudir al médico

Si el dolor de garganta va acompañado de fiebre, dificultad para respirar, sarpullido, inflamación y dolor en las articulaciones o un babeo excesivo (en el caso de los niños pequeños) es necesario consultar con el médico. Asimismo, cuando el dolor no remite pasados unos días o empeora, es conveniente descartar una infección por estreptococo con las pruebas pertinentes para valorar la necesidad o no de tratamiento antibiótico.