BLOG

Dietas ¿milagro?

Hola soy Jose, farmacéutico adjunto, y trabajo en el laboratorio, donde todos me conocen como Manza o Manzanares, porque somos más de uno los José Manueles en esta farmacia dominada por mujeres.
 
Oficiosamente nos encontramos ya en pleno verano y… ¡¡¡Horror!!!! Me sobran unos kilillos y me gustaría quitármelos para cuando tenga que ponerme el bañador.
Aunque,…. no debo obsesionarme ni dejarme engañar por las llamadas “dietas milagro”, que son las que prometen una pérdida de peso rápida y con poco esfuerzo, sin responder a ningún fundamento nutricional y/o científico.

 

Dietas

Pese a ello el 10 % de la población las hemos utilizado alguna vez, e incluso esa cifra sube al 30% cuando se trata de personas que presentan obesidad.
Pero,… ¿cómo puedo saber si la dieta que me recomiendan es una de ellas? Podemos clasificar esencialmente en varios tipos:
  •  Dietas ricas en proteínas (dieta del astronauta, dieta Mayo, dieta Dukan, dieta de Scardale);
  • Dietas ricas en hidratos de carbono (dieta del plan F y dieta Prittikin): en las que se recomiendan un elevado consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono y limitan los alimentos proteicos y grasos. El exceso de fibra que esta alimentación supone afecta a la absorción de sales minerales y puede provocar trastornos intestinales como diarreas o cólicos abdominales.
  • Dietas ricas en grasa (dieta Atkins): Prometen resultados rápidos si únicamente se comen alimentos grasos y calóricos. Pueden producir mareos, riesgo de deshidratación, colesterol, ácido úrico… Además, el escaso aporte de alimentos ricos en fibra (verduras y hortalizas, frutas, cereales integrales) favorece el estreñimiento.
  • Dietas disociadas (dieta Hollywood y dieta de Montignac): Exponen que los alimentos no contribuyen al aumento de peso por sí mismos, sino al consumirse en combinación con otros.
·         Y otros innumerables ejemplos como dietas hipocalóricas desequilibradas, dietas excluyentes, dietas de bajo valor energético (entre 400 y 1.000 Kcal./día),monodietas (dieta de la alcachofa, de la piña…), dieta de la sopa “comegrasa”, dieta de frutas, dietas “Light”,…
 
Como dije antes, contienen una escasa ingesta de energía, lo que puede producir alteraciones en el metabolismo y una deficiencia de vitaminas y minerales.
Además, en la gran mayoría de los casos se puede producir el consabido  “efecto yo-yó” o “rebote”, por el que, al abandonar la dieta, se recuperan más kilos de los que se han perdido.
 
Esto pasa porque nuestro cuerpo es muy inteligente, y actúa de estas dos maneras:
 
  • Al darle menos energía, se ralentiza el metabolismo para gastar menos y crear reservas. En cuanto normalizas la ingesta, el organismo lo va a captar casi todo por si lo dejas de nuevo “a dos velas”.
  • El cuerpo recurre a las reservas de emergencia almacenadas en los músculos. Así, se reduce masa muscular (tejido muy rico en agua) y no grasa. Por eso se pierde peso rápidamente. Este tipo de dietas son muy fáciles de distinguir: aseguran una gran pérdida de peso en poco tiempo (más de 5 kg. al mes) y sin esfuerzo.
Por ello, la clave está en la paciencia y en marcarse objetivos a medio y largo plazo, llevando una alimentación equilibrada, comiendo de todo en cantidades adecuadas, y realizando siempre algún tipo de actividad física, dado que el ejercicio ayuda al metabolismo a mantenerse en forma. Lo más importante es “re-educar” nuestro cuerpo y aprender a comer mientras controlamos nuestro peso.
 
Utilizando nuestra rica dieta mediterránea como base y haciendo 5 comidas al día no copiosas pero sí equilibradas, podemos conseguir reeducar nuestro  organismo y conseguir unos hábitos alimenticios saludables para mantenerlos de por vida. En algunas ocasiones se podrán utilizar complementos alimenticios que mejoran nuestra alimentación, supliendo las carencias derivadas de una nutrición deficitaria y que suponen un refuerzo para facilitar el control de peso.
 
Sigue el consejo de algún nutricionista-dietista que te ayude a encontrar este equilibrio y olvídate de los milagros que son “pan para hoy pero hambre para mañana”.

Manzanares