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Dermaplaning. Definición y características de este procedimiento

dermaplaning

En los últimos años, se ha convertido en tendencia una técnica de exfoliación mecánica de la piel que tiene su origen en Japón. Hablamos del dermaplaning, un procedimiento de belleza consistente en el rasurado de la capa más superficial de la piel del rostro con el fin de eliminar las células muertas y el vello más débil (la conocida como piel de melocotón) para conseguir una apariencia más suave y luminosa.

Qué es el dermaplaning

Como la mayoría de las células de nuestro cuerpo, también las células de la piel tienen la capacidad de renovarse para asegurar su conservación y su correcto funcionamiento. De este modo, aproximadamente cada 28 días, las células cutáneas se reproducen y generan células genéticamente idénticas que sustituyen a las anteriores.

Las células nuevas se forman en la capa más interna de la epidermis (la capa basal) y se desplazan hasta la superficie (el estrato córneo) empujando, de este modo, a las viejas células, que acaban por queratinizarse, morir y desprenderse.

La velocidad del proceso de regeneración celular varía a lo largo de la vida y tiende a ralentizarse con el paso del tiempo, provocando, a menudo, un desequilibrio entre el crecimiento celular y la capacidad de estas células de desprenderse cuando mueren. Esto da lugar a una piel apagada, deshidratada y con una apariencia más opaca.

La exfoliación se presenta, por tanto, como la clave para facilitar el desprendimiento de las células muertas y favorecer la correcta regeneración de la piel. Y es precisamente este el objetivo que persigue el dermaplaning, una técnica de exfoliación física consistente en el rasurado de la capa más superficial de la piel con un bisturí quirúrgico específico con el que se consigue arrastrar las células muertas y el vello más fino dejando el cutis libre de impurezas.

Ventajas y beneficios

Este tratamiento de belleza, que ha alcanzado mucha popularidad en los últimos años a través de las redes sociales, presenta algunas ventajas respecto a otros procedimientos de exfoliación. Entre ellas, destacan las siguientes:

  • Es una técnica indolora y poco agresiva que se realiza en un tiempo aproximado de treinta minutos.
  • Al tratarse de un procedimiento físico, no presenta incompatibilidades con situaciones como el embarazo o la lactancia, como ocurre con otras técnicas de exfoliación química.
  • Elimina las células muertas del cutis, así como el vello y la pelusa facial, que retienen las impurezas y dificultan el proceso de descamación.
  • Ofrece resultados inmediatos y visibles una vez terminado el tratamiento.
  • Al dejar la piel libre de impurezas, estimula la regeneración celular y la producción de colágeno.
  • Ayuda a unificar el tono de la piel proporcionando brillo y luminosidad.
  • Reduce la visibilidad de los poros.
  • Atenúa las líneas de expresión y las manchas del cutis.
  • Mejora la apariencia de las cicatrices del rostro.
  • Favorece la penetración de cosméticos para el cuidado del cutis optimizando sus resultados.
  • Permite un mejor acabado en el maquillaje posterior.
  • No afecta al crecimiento del vello facial ni a las características del mismo. Aunque pueda parecer que nace más grueso o más oscuro tras el tratamiento, se trata simplemente del efecto visual de haber sido seccionado a ras.
  • Las sesiones se pueden repetir pasado un mes aproximadamente, de acuerdo con el ciclo de regeneración celular.

Desventajas

Aunque se trata de un tratamiento que ofrece grandes ventajas y resultados inmediatos, también puede presentar inconvenientes en algunos casos.

Al tratarse de una especie de ‘afeitado’ con una cuchilla muy afilada, existe el riesgo que de que se produzca algún pequeño corte en la piel o una leve irritación por la fricción tras el tratamiento.

Además, este procedimiento no está recomendado en pieles sensibles, reactivas, con eccemas, psoriasis, rosácea o acné en fase activa, pues puede provocar lesiones en la piel y aumentar el riesgo de infecciones.

Este tratamiento exige el uso de protección solar diaria. Si bien la aplicación de fotoprotectores debería ser rutina en cualquier caso, tras un tratamiento de dermaplaning esta premisa se convierte en exigencia, pues la piel queda mucho más expuesta a la radiación solar y, por tanto, más sensible a sus efectos nocivos.

¿Cómo se lleva a cabo?

Aunque en principio pueda dar la impresión de que el dermaplaning no es más que un ‘afeitado’ al uso, lo cierto es que el procedimiento requiere el conocimiento de la técnica y la utilización de los materiales adecuados.

Antes de comenzar el tratamiento, es necesario limpiar cuidadosamente el cutis con agua tibia para eliminar las impurezas y la grasa más superficiales y ablandar ligeramente la piel.

El tratamiento se realiza con un bisturí quirúrgico esterilizado sostenido en ángulo de 45 grados, con el que se realizan movimientos cortos y precisos sobre el rostro para ir arrastrando las células muertas y el vello.

realizando tratamiento de dermaplaning

La piel debe mantenerse tersa durante el procedimiento de dermaplaning para evitar posibles lesiones, y los trazos deben ser cortos y seguir un patrón determinado, en función de la región facial sobre la que se está trabajando.

Una vez finalizado el tratamiento, la piel debe limpiarse con suavidad e hidratarse. Hay que evitar tocarse el rostro, procurar mantener la piel limpia, rehuir la exposición directa al sol durante unos días y utilizar un protector solar de amplio espectro (SPF 30+).

La aplicación de otros exfoliantes y de retinoides en el cutis no está recomendada en las 48 horas posteriores al tratamiento.

¿Para quién es adecuado el dermaplaning?

Como ya hemos explicado con anterioridad, salvo en casos de dermatitis, acné activo y otras inflamaciones o lesiones cutáneas, el dermaplaning es un procedimiento poco invasivo adecuado para la limpieza del rostro de casi cualquier persona.

Como cualquier técnica de exfoliación, es especialmente eficaz para promover la renovación celular y estimular la producción de colágeno y elastina, por lo que resulta ideal en las pieles maduras, en las que este proceso se ha ralentizado.

Está también indicado en embarazadas o madres lactantes, al tratarse de un procedimiento mecánico que no incorpora productos químicos que puedan ser absorbidos por la piel.

En general, el dermaplaning es un método muy efectivo y con resultados visibles de forma inmediata, por lo que resulta apropiado para el cuidado de la piel del rostro en la mayoría de los casos.