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Claves para tratar los ‘males’ del viajero

Existen trastornos típicos asociados a los viajes que conviene conocer bien para saber cómo actuar en cada caso. Ya os resumimos algunos consejos para cuidar la salud general en vacaciones. En esta ocasión nos acercamos a los males del viajero más frecuentes cuando nos desplazamos a otro país.

Un informe acaba de revelar que factores como el nacimiento de una generación más viajera o el aumento de las comunicaciones como consecuencia de la globalización hará que de aquí a diez años crezca en un 35% el número de familias que viaja al extranjero. Por lo pronto, para las que ya planifican viajes internacionales para sus vacaciones es fundamental conocer a qué se enfrentan en lo referente a la salud.

El Jet Lag

El avión ha recuperado su liderato para moverse por España y, claramente, también es el medio de transporte más usado para trasladarnos a otro país del mundo. Pero volar en avión conlleva sufrir ‘jet lag’. ¿Por qué se produce? El jet lag aparece cuando nuestro reloj biológico se altera al cruzar distintos husos horarios. “Aproximadamente cada 24 horas, 20.000 células especiales” del hipotálamo “se sincronizan y mandan señales a todo el cuerpo sobre si es de día o es de noche”. Se trata de las células circadianas que se guían por la luz ambiental para rendir como es debido.

Sin embargo, cuando viajamos de un lado al otro del planeta estas células se confunden y hace que sintamos ese efecto parecido a la resaca y que conocemos como jet lag. Según publica The New York Times, científicos han creado un modelo científico para poder entender cómo se produce.

Lo curioso de este trastorno es que resulta más problemático viajar al este que hacia el oeste ya que en el primer caso perdemos horas y a nuestro cuerpo le cuesta bastante más adecuarse al cambio horario.

Otro parámetro que se debe tener en cuenta es que viajar más no es sinónimo de acostumbrarse a ello, sino que al parecer multiplica sus efectos.

Para combatir el jet lag existen trucos que pueden surtir efecto. El Confidencial aconseja comenzar a adaptarnos en casa al horario del país al que viajemos (yéndonos a dormir más pronto), hidratarnos bien (para favorecer la circulación) y reducir la ingesta de calorías los 4 días antes (al parecer el conocido Plan Argonne reduce en un 16% los síntomas del jet lag). Si aún así os cuesta conciliar el sueño, complementos alimenticios como Serenotte Melatonina favorecen el descanso nocturno cuando se sufre jet lag.

Respecto a los vuelos en avión, Infosalus recoge una serie de mitos que también deberíamos tener en cuenta a la hora de viajar. Hemos de desechar falsas creencias como que el aire del avión está lleno de gérmenes; que enfermaremos si hay otro pasajero enfermo (no tiene por qué) o que un extra de carbohidratos y cafeína evitarán el desfase horario.

salud en los viajes

La diarrea del viajero

¿Por qué se produce la ‘diarrea del viajero’? Es el trastorno más habitual en los viajeros, tanto que lo padece el 80% de ellos, especialmente si se viaja a destinos de alto riesgo. Según la Fundación Española del Aparato Digestivo la mayoría de las veces no acarrea un problema grave “porque el cuerpo acaba acostumbrándose a los cambios de microorganismos y de medioambiente”, pero en el resto de los casos puede que necesitamos hasta 2 y 3 días en cama para recuperarnos por completo.

Los viajeros españoles que pasan bastantes días de estancia en África, el sudeste asiático, América Central y del Sur y que prefieren unas vacaciones tipo tour organizado o viaje de aventura son más propensos a sufrir la también llamada diarrea del turista. Se produce por la infección de un virus, una bacteria o un parásito y como os contábamos en un post anterior hay que tener mucho cuidado con infecciones como la gastroenteritis e intoxicaciones como la salmonelosis, entre otras.

Riesgos medioambientales

Hay que atender a una serie de riesgos medioambientales habituales en los viajes internacionales, tal y como recomienda el Ministerio de Sanidad:

Están contraindicados los viajes a altitudes elevadas para personas que sufran angina inestable, hipertensión pulmonar o enfermedad pulmonar obstructiva crónica. En el caso de enfermedad coronaria estable, hipertensión, diabetes, asma o mujeres embarazadas ha de haber un seguimiento para observar qué se tolera.

Los cambios de temperatura y humedad son más sensibles en el caso de personas mayores, niños y mujeres embarazadas. En este sentido, hay que ser especialmente cautelosos ante posibles golpes de calor.

Enfermedades infecciosas

Más allá de la diarrea del viajero, hay enfermedades infecciosas como el cólera, la criptosporidiosis o la hepatitis A y E, entre otras, que se transmiten a través del agua y los alimentos contaminadas y ante las que lo recomendado es vacunarse.

El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades ofrece información muy útil que se debe tener en cuenta según el país al que viajemos y el tipo de turista que seamos. El Ministerio de Sanidad también nos da datos de la situación sanitaria por países en este mapa donde podemos saber cuál es la altitud, el clima o la zona horaria, además de las vacunas exigidas y recomendadas.