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Cómo quitar la Tos. Tipos, consejos y remedios

mujer tosiendo

La tos es uno de los principales síntomas del resfriado común y también es una de las manifestaciones más frecuentes de otras afecciones pulmonares o de carácter alérgico. Se trata de un mecanismo de defensa del organismo para mantener las vías respiratorias y la garganta despejadas, pero cuando es demasiado intensa o persistente puede llegar a resultar muy molesta y es conveniente tratar de aliviarla.

Entendiendo la tos

La tos puede definirse como una maniobra respiratoria refleja y brusca que tiene como finalidad eliminar cualquier tipo de obstrucción de las vías respiratorias. No representa en sí misma ninguna enfermedad, sino que puede ser síntoma de otras patologías, tales como el resfriado, la gripe, el asma o la alergia, o un mecanismo reflejo de carácter defensivo que tiene lugar sin que exista afección alguna.

Se produce como respuesta a la irritación de los receptores de la tos, bien por factores físicos (acumulación de mucosidad, presencia de objetos extraños…) o por la exposición a irritantes químicos (el humo del tabaco, gases tóxicos…). Ese estímulo provoca una primera fase de inspiración profunda; un episodio compresivo posterior en el que aumenta la presión torácica, se cierra la glotis y se contrae la musculatura respiratoria; y una fase final expulsiva en la que tiene lugar la apertura brusca de la glotis y la expulsión del aire retenido en los pulmones

Causas

Tanto de forma voluntaria como inconscientemente, el acto de toser está presente en nuestro día a día de forma regular como una medida de higienización para expulsar los cuerpos extraños o las secreciones que puedan irritar los bronquios, tráquea o laringe. Aunque no suele constituir motivo de alarma, cuando este reflejo es muy intenso, frecuente o persistente, puede ser síntoma de alguna enfermedad o trastorno que requiera tratamiento.

Las causas de la tos pueden ser muy diversas, entre ellas, destacan las siguientes:

  • Enfermedades de origen otorrinolaringológico (sinusitis, rinitis, amigdalitis, faringitis…).
  • Infecciones virales como el resfriado común o la gripe.
  • Infecciones respiratorias agudas de origen bacteriano, como la tosferina.
  • Alergias que involucran la nariz y los senos paranasales.
  • Reflujo gastroesofágico.
  • Enfermedades pulmonares crónicas (como el asma, la fibrosis pulmonar o la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica –EPOC-).
  • Infecciones pulmonares como la neumonía o la bronquitis.
  • Afecciones en el conducto auditivo..
  • Enfermedades cardíacas.
  • Es un efecto secundario de los antihipertensivos de la familia IECA (inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina).

Tipos de tos

Existen diferentes tipos de tos y no todas ellas son motivo de tratamiento. En líneas generales, la tos puede clasificarse en dos tipos en función de su duración (tos aguda o tos crónica) y en otros dos en función de la existencia o no de expectoración (tos húmeda y tos seca). Veamos cada caso de forma pormenorizada.

Tos aguda

La tos aguda es aquella que comienza súbitamente, dura menos de tres semanas y suele tener su origen en infecciones virales como el resfriado o la gripe. Aparece como consecuencia de infecciones en las vías respiratorias superiores (la nariz, los senos paranasales o la garganta) o inferiores (bronquitis aguda). También la neumonía o una reagudización de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica pueden originarla.

Tos crónica

Cuando la tos se prolonga más de ocho semanas nos referimos a ella como tos crónica. La persistencia del reflejo puede irritar la tráquea y la laringe provocando que la tos se perpetúe. Sus principales causas son la bronquitis crónica, el reflujo gastroesofágico, el asma o el goteo postnasal, así como enfermedades pulmonares crónicas como la EPOC o la fibrosis pulmonar. Hábitos como el tabaquismo o la respuesta a algunos medicamentos para tratar la hipertensión arterial o la infección pulmonar por hongos también pueden desencadenar una tos crónica.

Tos seca o no productiva

La tos seca o improductiva es aquella en la que no se produce expectoración. Suele estar causada por la irritación de las vías respiratorias altas por infecciones como la laringitis o como respuesta a determinadas alergias. También se presenta en episodios de asma, como reacción al humo del tabaco o tras haber pasado un resfriado. A menudo, es una tos irritativa, que puede provocar dolor en la garganta o en el pecho.

Tos húmeda o productiva

La tos húmeda es aquella que favorece la expectoración de flema o esputo del tracto respiratorio. Se llama también tos productiva porque facilita la limpieza de los pulmones y mejora la respiración. Suele producirse como respuesta a procesos infecciosos leves (resfriados o gripe), aunque a veces puede estar originada por enfermedades más graves, como la bronquitis o la neumonía.

Tratamientos para la tos

Como ya hemos explicado, la tos es un síntoma y no una enfermedad en sí misma, por lo que el tratamiento debe responder, en primer lugar, a la patología que la origina.

En la mayoría de los casos, cuando la tos es productiva, no es necesario suprimirla, pues ésta cumple una función importante para desobstruir las vías respiratorias. No obstante, cuando se hace muy molesta, resulta inhabilitante o impide el descanso, se pueden prescribir tratamientos para aliviarla.

En el caso de la tos húmeda, el tratamiento busca favorecer la expectoración. No se trata, por tanto, de inhibirla, sino de facilitar la expulsión del esputo. Para ello, pueden ser beneficiosos los fármacos mucolíticos, que fluidifican la flema para restarle viscosidad, y los expectorantes, que estimulan la expulsión de las secreciones. Normalmente se presentan en forma de jarabes o soluciones orales líquidas y muchos de ellos son de venta libre en farmacias, aunque es importante que se utilicen siempre por recomendación médica, pues su indicación dependerá del trastorno subyacente.

Cuando la tos es seca, ocasiona muchas molestias y se vuelve persistente, pueden prescribirse fármacos antitusígenos, cuya función es aliviarla o eliminarla. Estos medicamentos actúan sobre el sistema nervioso central o periférico para inhibir el reflejo de la tos.

Remedios caseros efectivos

Más allá de los tratamientos médicos, hay algunos consejos que pueden seguirse para aliviar los episodios de tos. Beber líquidos en abundancia, mantener un adecuado nivel de humedad en el ambiente, realizar lavados nasales, evitar espacios con humo o elevar el cabecero de la cama para dormir son algunas de las medidas que se pueden adoptar.

Existen, asimismo, algunos remedios caseros que se han utilizado desde antiguo para aliviar los efectos de los procesos catarrales. Uno de ellos es el jengibre, que tiene propiedades antiinflamatorias y favorece la relajación de las membranas de las vías respiratorias, lo que contribuye a reducir la tos. Puede tomarse en forma de infusión, preferiblemente tibia, con una cucharada de miel o limón exprimido.

mujer tomando una infusión para la tos

También el tomillo es conocido por sus propiedades antitusivas y antimicrobianas, por lo que las infusiones y preparados a base de esta hierba medicinal son un clásico para aligerar los síntomas de resfriados e irritaciones de garganta. La raíz de malvavisco, por su parte, puede aliviar la irritación que produce la tos gracias a su alto contenido en mucílago, una sustancia viscosa que recubre la garganta y la calma.

Estas plantas y raíces, además de otras como la manzanilla, la salvia, el cardamomo o la corteza de saúco, se utilizan a menudo en forma de infusiones o forman parte de la composición de jarabes y sumplementos para paliar los síntomas de gripes y resfriados.